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martes, 12 de mayo de 2015

Querido castigador

-         ¿ Tu vas al colegio?
-         Que bien¡ así tenemos miedo de las mismas cosas.
-         … y a que tienes miedo?
-         A los deberes y a los castigos.
Conversación real entre niñas de 8 años.
  
Querido Castigador, (ya seas madre, padre o educador/a) te quiero pedir una cosa:
La próxima vez que pienses en castigar a un niño o una niña, por favor, pregúntate antes:
¿Que pretendes enseñar a la criatura con ello? ¿Hay algún recurso posible antes de castigar? O quizás estas de tan mala leche que no puedes ni pensar…

Vamos a hablar claro…

El castigo NO es un recurso educativo, NO es un medio disciplinario o una sanción normalizadora (así lo llaman en el plan de convivencia del centro).
El castigo NO educa, ni disciplina ni normaliza nada.
El castigo es violencia. 
el castigo produce rabia y miedo en los niños y las niñas.

El castigo demuestra tu falta de recursos educativos, tu abuso de poder, tus carencias a la hora de resolver conflictos de forma no violenta, tu incompetencia como educador.

El castigo es una forma de terrorismo, contra la libertad, la creatividad y las ganas de aprender.



Lo que aprende una criatura cuando la castigas es que es lícito el abuso de poder, si, la conocida ley del más fuerte.

Lo que no aprende es que las diferencias se pueden solucionar de manera pacifica.

Deberíamos esforzarnos en ser  personas consecuentes y para ello necesitamos aprender a hacer lo correcto porque sentimos que es lo correcto y no a obedecer por miedo.