Entre
los tres años y medio y cuatro años, junto a la sexualidad infantil madura la
iniciativa, la creatividad , la inventiva y la capacidad para disfrutar del
placer en todos los ámbitos de la vida.
Los
pequeños aprenden a través de experiencias con gran entusiasmo y placer.
Lo
social entra a ocupar un lugar esencial en la vida de las criaturas y buscan el
contacto con su grupo de iguales.
En nuestra realidad social el “cole” es casi
el único espacio posible de convivencia infantil.
Es en ese momento de la primera socialización
infantil, donde nos damos de bruces con el sistema educativo, que entra en
conflicto entre las necesidades del niño y lo que pretende la institución , puesto
que parece, que socialmente no entendemos la diferencia entre socializar y
sociabilizar.
La
escuela convencional socializa al niñ@, lo que significa “adaptar al individuo
a las exigencias de la vida social”.
Son los
niñ@s, los que tienen que adaptarse a las exigencias de la institución, que sin
tener en cuenta su ritmo biológico y psicológico, les exige que no griten, no
jueguen cuando no toca, estén calladitos y quietecitos en el aula con 25 niñ@s
más, hagan una fila bien recta…. ¡¡¡ Y eso se les está pidiendo a criaturas de
3 y 4 años!!!
Niñ@s
que lo que biológicamente necesitan es
jugar y experimentar libremente con su grupo de iguales en un entorno seguro.
La
socialización forzada es una aberración, un niño obligado a socializarse según
el modelo escolar se desocializa, se marchita, sumergido por solicitaciones
permanentes y contrarias a sus necesidades
LA PREVENCIÓN EN LA ESCUELA
La prevención en la escuela parte de la base
de que el niñ@ ya es un ser sociable y
social por naturaleza.
Debería
ser la institución la que se adapte a
las necesidades de las criaturas, y no como se pretende, que sea el niñ@ el que
se adapte a las necesidades de la institución, en post a una socialización
irreal y forzada.
Su
necesidad real es el juego, la experimentación y la expansión.
Desde el modelo preventivo,
entendemos que el proceso de aprender
es un proceso que se inicia dentro de la
propia persona como respuesta a una necesidad básica, biológica y no es un
proceso de condicionamiento exterior de fuera hacia adentro.
La escuela en el modelo de prevención,
debe acompañar a las criaturas dentro de un marco que potencie el autoaprendizaje en todo momento potenciando el desarrollo integral de la persona, en los
terrenos emocional, psicomotriz, intelectual, social y artístico.
Para que ello pueda darse se necesita
un entorno adecuado y seguro en el que se proporciona la seguridad física y emocional a
las criaturas para que su proceso de individuación/socialización pueda darse de
forma sana.
Para ello desde la escuela se
deberían proporcionar espacios donde:
-
No existan
peligros activos.
- No reciban
agresiones físicas ni emocionales.
-
Su trabajo y sus
decisiones sean respetados.
-
Puedan expresar
sus emociones.
-
Puedan elegir y
proponer todo tipo de actividades.
-
Hayan unos
límites claros y pactados por todos y todas. Nunca deben ser impuestos.