Páginas

martes, 3 de septiembre de 2013

¿Escuchamos a nuestros hijos?

Cuántas veces nos quejamos de que los niños no nos escuchan…
Cuando en realidad nosotros como adultos no sabemos escuchar, nos han enseñado que los sentimientos como la rabia, la tristeza o el miedo son negativos y no se deben expresar, esto nos ha condicionado y realmente no sabemos que hacer cuando nuestros hijos expresan estas emociones, así que cuando un niño nos expresa abiertamente esas emociones, lo normal es que nuestra alarma salte y nos pongamos a la defensiva, es ahí donde entra en acción nuestro carácter y actuamos como el juez, el moralista, el psicólogo, el sabio …. Cada adulto a su manera, pero todos con el mismo objetivo, queremos neutralizar las emociones que hemos aprendido a reconocer como negativas.
¿Hacemos la prueba? Imagina  que tu hijo te dice las siguientes frases y piensa en cual sería tu respuesta inmediata
-          ¡Es tonto, ya no quiero ser su amigo!
-          No puedo hacerlo
-          ¿Porqué siempre le toca a mi hermano?, ahora me toca a mi
-          Mira mi dibujo
-          Que mala eres...
Nuestra respuesta suele  ser inmediata y mecánica y lo más común es contestarle tal como nos hubieran contestado a nosotros nuestros padres:
-          Ya verás como dentro de un rato sois amigos
-          Seguro que puedes
-          Cada vez le toca a uno
-          Que bonito
-          Tu si que eres malo

Al responder así cortamos la comunicación ya que son respuestas cerradas, con las que no ayudamos al niño a entender como se siente, ni a expresar sus emociones.

La escucha activa implicaría colocarnos como espejo del niño, de modo, que el mismo pueda entender lo que lo ocurre con mas claridad.  Esto requiere reflexión y pararnos a pensar en lo que esta expresando el niño, en cuál es la emoción que acompaña a lo que nos esta diciendo, tendremos que atender no sólo a que dice sino a como lo dice.
Sólo entonces seremos capaces de ofrecer a la criatura una respuesta abierta, en la que el niño se sienta comprendido, reconociendo sus emociones y su derecho a expresar como se siente. Por ejemplo:
-          Parece que estas muy enfadado con tu amigo
-          Veo que te parece muy difícil
-          ¿Te parece injusto?
-          ¿Estás contento con tu dibujo?
-          ¿Estás muy enfadado conmigo?

No digo que sea fácil, por que nadie nos ha enseñado a nosotros a escuchar, pero merece la pena intentarlo ¿no crees?





No hay comentarios:

Publicar un comentario